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Las Heridas Emocionales de la Infancia

¿Qué son las heridas emocionales de la infancia?

Son el resultado de experiencias emocionales especialmente dolorosas y traumáticas durante una etapa temprana que vivimos; dejando necesidades no satisfechas.

Estas heridas surgen a partir de diferentes tipos de experiencias dolorosas, cuando nuestras habilidades para enfrentar y gestionar adversidades son limitadas. Debido a esto, aprendemos a enfrentar ese dolor de una manera errónea que acaba moldeando nuestra personalidad, la forma de relacionarnos con los demás y la percepción de nosotros mismos.

¿Cuáles son los tipos más comunes de heridas emocionales de la infancia?

Cinco Heridas de la Infancia

Las cinco principales heridas emocionales de la infancia son:

¿Cuáles son las causas principales de las heridas emocionales en la infancia?

Las principales causas de cada una de ellas son:

  1. Herida de Rechazo: Surge como resultado de experiencias prenatales o situaciones difíciles donde hemos recibido hostilidad o falta de aceptación. Debido a esto, nos encontramos en un entorno percibido como amenazante y una necesidad de aceptación por parte de los demás desde la dependencia.
  2. Herida de Abandono: Se origina cuando los padres no han cumplido con su responsabilidad de proporcionar las condiciones necesarias para nuestro desarrollo. La falta de atención, amor y tiempo dedicado al niño, así como la incapacidad de establecer límites claros y brindar una estructura adecuada, nos deja desprotegidos y carentes de cualquier sentido de seguridad y pertenencia. Por lo tanto, en la edad adulta necesitaremos relacionarnos desde una necesidad de atención y amor desmesurada, creando relaciones de dependencia.
  3. Herida de humillación: Surge a partir de situaciones como la pobreza, el alcoholismo, el abuso o la disfuncionalidad familiar; las cuales pueden generar una sensación de falta de valor y dignidad en una persona. Estas vivencias, a menudo se agravan debido a secretos familiares y a la dificultad para expresar sentimientos relacionados con estas realidades.
  4. Herida de Traición: Se manifiesta cuando existe una diferencia dolorosa entre lo que esperamos y lo que realmente ocurre. Cuando las personas o situaciones no responden a nuestras expectativas durante la infancia, acabamos sintiendo una gran desconfianza hacia nuestro entorno, el cual percibimos como una amenaza.
  5. Herida de Injusticia: Se origina cuando, de niños, hemos vivido en un estado de indefensión frente a una autoridad abusiva o una realidad injusta. La falta de reconocimiento, el abuso y la falta de equidad refuerzan esta herida, generando una distorsión en la percepción de la autoridad y un rechazo hacia ella.

Heridas de Infancia: ¿Cómo afectan las heridas emocionales de la infancia a la vida adulta?

Cuando sufrimos una herida emocional, aprendemos a protegernos de ese dolor con mecanismos de defensa que no resuelven el dolor. Al llegar a la vida adulta, seguimos usando esos mecanismos como cuando éramos niños, sin sanar realmente la herida, lo que puede hacer que repitamos patrones de comportamiento. Por ejemplo, María, quien ha sufrido una herida de traición, presenta una gran desconfianza hacia el entorno poniendo unas expectativas muy altas en los demás. Cuando el entorno no cumple esas expectativas, María vuelve a sentir que las personas siempre traicionan.

Haber vivido experiencias emocionales especialmente dolorosas y traumáticas durante una etapa temprana, donde aprendimos mecanismos ineficaces para gestionar ese dolor, nos lleva a repetir estos comportamientos en la vida adulta. Acabamos relacionándonos, viéndonos a nosotros mismos y comportándonos en función de los patrones aprendidos por ese niñ@ que sufrió esa herida en su infancia.

Herida de Infancia: ¿Cómo puedo identificar si tengo heridas emocionales de la infancia?

Puedes identificar tus heridas emocionales prestando atención a ciertos aspectos de tu día a día. Observa si tienes dificultades en tus relaciones interpersonales, repitiendo comportamientos dañinos o mantienes relaciones poco saludables que te hacen daño. También, reflexiona si tienes problemas de autoestima, si te cuesta reconocer tus habilidades y/o valores como persona y si eres demasiado critico contigo mism@. Además, presta atención a cómo te encuentras emocionalmente, si sientes una ansiedad elevada, vacío, tristeza o soledad. Si tienes dificultades para gestionar tus emociones, como ataques de ira o conductas de riesgo, también podría ser un indicio de heridas emocionales no resueltas.

Si te sientes identificad@ con alguno de estos síntomas en tu día a día, valora buscar apoyo profesional para comprender y sanar estas heridas emocionales. Desde Alte, podemos ayudarte: ¡Contacta con nosotros!


¡¡Importante!!
No todo lo que nos ocurre durante las etapas tempranas de nuestra vida deriva en una herida de la infancia.

Pilar, Psicóloga de Alte Psicología

¿Qué impacto tienen las heridas emocionales de la infancia en la salud mental?

Cuando hemos sufrido una herida emocional de la infancia, acabamos formando nuestra personalidad desde el miedo, la falta de confianza y/o el control. Esto genera dificultades a la hora de relacionarte con otros, en cómo te miras a ti mismo y en la gestión emocional, que es lo que condiciona nuestra salud mental.

Por otro lado, como el dolor sufrido durante la infancia no se ha resuelto, acabamos respondiendo, como adultos, desde ese mecanismo que aprendimos de niños de manera repetida. De esta manera, cada vez que alguien revive esa herida, respondemos de la misma manera, porque no hemos aprendido a gestionarlo de otra forma. Esta repetición de patrones condiciona nuestra salud mental, ya que nos vemos atrapados en ciclos que nos resultan difíciles de romper, incluso cuando intentamos cambiar la situación sin entender plenamente lo que nos está sucediendo.

Sanar las Heridas de la Infancia: ¿Es posible?

Sí, aunque estas experiencias pueden dejar cicatrices profundas, con el tiempo, el apoyo adecuado y con la terapia psicológica, es posible trabajar y sanar estas heridas emocionales. En todo caso, es un proceso terapéutico largo y complejo, porque requiere tocar nuestra parte más vulnerable, lo cual puede resultar doloroso.

¿Pueden los padres generar heridas emocionales en la infancia de sus hijos?

Los padres juegan un papel fundamental en el desarrollo emocional de sus hijos y sus acciones, pueden influir profundamente. Por esa razón, el abuso físico y emocional, la negligencia, la falta de afecto y apoyo, la inestabilidad familiar, los modelos de conducta negativos y la falta de comunicación, son algunos de los factores que pueden contribuir a la creación de heridas emocionales.

¿Cómo puedo ayudar a un niño a sanar heridas emocionales?

Para ello, es fundamental buscar apoyo profesional. Los terapeutas infantiles son capaces de crear un entorno seguro y de confianza donde el niño pueda expresar sus emociones. A través del juego, ayudamos al niño a trabajar sobre aquello que le está pasando. Además, siempre trabajamos con los padres para poder proporcionar orientación y estrategias para manejar situaciones difíciles y apoyar mejor a su hijo en casa.

En Alte Psicología contamos con Psicólogos Infantiles con una gran experiencia en heridas de infancia, ¡Pídenos Cita!

¿Cómo pueden las heridas emocionales de la infancia afectar las relaciones interpersonales en la vida adulta?

Las personas que han sufrido heridas emocionales en la infancia, a menudo desarrollan problemas de confianza. El miedo y la desconfianza hacia los demás dificulta la formación de relaciones sanas, cercanas y auténticas.

Además, las heridas emocionales pueden afectar a nuestra autoestima; llegando a sentirnos inútiles, avergonzados, con una sensación de falta de valor. Estas percepciones negativas sobre uno mismo, pueden hacer que una persona se sienta indigna de amor y apoyo, lo que crea una dinámica en la que la persona no es capaz de aceptar o creer en el afecto del otr@.

La gestión emocional juega un papel fundamental en nuestras relaciones interpersonales y también, se puede ver afectado por las heridas emocionales. Esto puede llevar a reacciones desproporcionadas o inapropiadas en situaciones interpersonales.

Por todo esto, es importante acudir a terapia para ver de donde vienen algunas de las dificultades que puedes estar teniendo, tanto en las relaciones con los demás, como contigo mismo@. En terapia, crearemos un espacio donde podremos trabajar sobre aquello que viviste y sufriste de niñ@ y aprender cómo gestionar esa herida de otra manera.

¿Crees que puedes estar arrastrando una herida de la infancia?

¿Eres padre/madre y quieres disponer de herramientas para no causar a tu hijo/a heridas en su infancia?

¿Convives con alguien que tenga problemas en su día a día debido a las heridas emocionales sufridas en su infancia?